Somos el producto de nuestros ancestros en un 99%. Al trabajar el árbol genealógico, contactamos con nuestras raíces y ponemos luz en el inconsciente familiar que vive en nosotros para sanar heridas antiguas que están afectándonos en el presente.
Hay pactos y contratos ancestrales que cumplimos siempre por miedo a no ser queridos o ser abandonados; son lealtades inconscientes que nos hacen repetir situaciones no resueltas de nuestros ancestros. Los Árboles Genealógicos nos revelan repeticiones de acontecimientos o comportamientos en varias generaciones. Repetir los hechos es una manera de honrar y serles leales. Trabajar con el Árbol Genealógico permitirá traer a las conciencia las fidelidades familiares que inconscientemente respetamos, sanarlo y lograr ser libres de nuestro destino.